Mabel ha tenido un viaje profesional apasionante. Nació y estudió en Argentina, en una familia de clase media, era una alumna aplicada y hasta ganó un concurso de poesía. Cuando creció, estudió derecho, porque quería ser notario. No llegó a ser notario, pero trabajó en empresas multinacionales y las vueltas de la vida la terminaron trayendo a España, donde le tocó empezar a estudiar otra vez. Con tesón, lo hizo y abrazó con cariño, respeto y pasión lo que hoy es su especialidad profesional. Luego de mucho trabajar, consiguió primero, representar a los profesionales del sector para el que trabajaba y luego, ser socio de una firma profesional, algo que era como un sueño hecho realidad… y aún no había cumplido los 40. Ahora, con 44 lidera una firma profesional con 152 profesionales, la primera mujer en conseguirlo en esa firma, que tiene más de 150 años de historia.